fredag 8 april 2011

Navegar en la luz

Que realmente es posible navegar en la luz:

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/Jörgen

¿Qué necesito para ganar un Premio Nobel?

¿Qué necesito para ganar un Premio Nobel?

En el curso de literatura y cine, en el que estoy participando en el presente, hemos leído el libro “Doce cuentos peregrinos” de Gabriel García Márquez. En el año 1982 recibió Márquez el Premio Nobel, por este libro que hemos leído y por supuesto por muchas más. Antes de leer este libro, nunca había leído algo de Márquez, pero sí obras literarias de otros ganadores del Premio Nobel: Selma Lagerlöf, Ernest Hemingway, John Steinbeck, Orhan Pamuk y Jean Marie Gustave le Clezio. Todos los libros que he leído de ellos me han divertido, aunque evidentemente hay muchas diferencias entre los estilos de aquellos escritores. La pregunta que quiero investigar es, ¿qué se necesita para ganar un Premio Nobel? O quizás sea más interesante, ¿qué necesito yo mismo para ganar un Premio Nobel? ¿Cree Usted, querido(a) lector, que sea posible?

Por cierto necesitaría el dinero, aunque no sé el importe exacto. Me gustaría mucho ir a Estocolmo, ya sé el camino al lugar donde celebran los ganadores, para recibir el Premio de la mano de nuestro Rey sueco. ¡Podría darle las gracias en el idioma sueco! Por lo demás, cualquier obra de literatura es hecha de 29 letras (en sueco), diez cifras, y unos pocos signos más. El secreto debe ser elegirlos y ponerlos en el orden correcto. Pero ahora empiezo de pensar que tiene que haber algo más que hace la diferencia entre una novela que podría escribir yo mismo, y las de ellos.

En primer lugar, ¿qué construye una buena novela? La respuesta más fácil es contestar que es una historia, un argumento, una serie de eventos que ocurren a los personajes principales. Como en “Doce cuentos”, el cuento “Sólo vine a hablar por teléfono” (p. 67): la pobre María tiene un problema con su coche, llega a un sanatorio para pedir prestado el teléfono, es ingresada en el sanatorio por error y no puede salir. Al fin todo el mundo ha comprendido la situación pero están de acuerdo que lo mejor fuera si María se quedara allí.

La historia no siempre responde a un orden cronológico. El juego temporal es uno de los rasgos mediante los que suelen algunos escritores crear diferentes efectos en el relato. Así, podemos, como lectores, sentir un efecto de suspenso, sorpresa en relación con el desarrollo de los acontecimientos. Gabriel García Márquez narra muchos de sus cuentos así. En “Doce cuentos peregrinos”, el cuento “El rastro de la sangre en la nieve” (p. 151), empieza con la descripción de una pareja en camino a Paris, sigue con las antecedentes de la situación, la pareja vienen a Paris y ella es ingresada en hospital. Mientras espera el señor, ella ha muerto y es enterrada antes de que él llegue a saber qué había ocurrido, pero a nosotros lectores Márquez no lo narra hasta el final del cuento.
Björn Ranelid, el escritor sueco, a veces nos da la misma información más qué un vez y eventos que aparecen muchos años antes de la historia principal nos narra en otro orden.
Pues, ¿es esto lo mágico que hacen? los que ganan un Premio Nobel, ¿solamente es un asunto de crear una buena historia y narrarnos? Creo que todavía no vale, debe haber más que sea necesario para ganar un Premio Nobel.

Además, sin eventos y datos interesantes en la historia, el lector pronto pierde el interés. Estos eventos, historias en la historia, puede que no tengan nada de ver con la historia principal. Pero son necesarios para hacer el cuento o la novela completa y crear un “efecto de realidad”. Porque en la vida real, siempre hay estos eventos y datos. Lo más eficaz es sí el lector recuerda algo ya conocido o pensado, cuando yo leí uno de los relatos en “Doce cuentos peregrinos”, el cuento “La luz es como el agua” (p. 146), recordé que cuando era joven me preguntaba cómo vino la luz – un tema para el que los chicos en el cuento ya tienen respuesta. En verdad, querido(a) lector, ¿no siempre ocurren eventos extraños en nuestras vidas, material para varias novelas? A un amigo mío, le ocurrió que estaba en la lavandería y le faltaba detergente. Como un milagro, vino una chica con pruebas de detergente y le preguntó si el quería unas pruebas...
Eventos que da una vida propia a la historia, ¿es esto el secreto con el Premio Nobel? Creo que es parte de la respuesta, pero todavía debe haber más que tenemos que investigar.

Lo que encuentro más difícil cuando escribo algo es la manera de escribir, el estilo. Con el estilo es posible mantener el interés del lector, o un riesgo de aburrirle. El estilo tiene que depender del tipo de libro, para que coincida con las expectativas del lector. Por ejemplo, en un libro de acción escrito por Dan Brown encontramos un tempo de narración mucha más rápido que en una novela “feelgood” escrito de Alexander McCall Smith o Marian Keyes.
Márquez, y Juan José Millás que también hemos leído en el curso, escriba en un ritmo narrativo muy apropiado. A veces se hace digresiones con historias paralelas pero nunca demasiado y nunca pierdo la historia principal mientras leo la paralela. Orhan Pamuk es un campeón en historias paralelas, o quizás debería decir, es un campeón en confundir el lector. Muchas de sus digresiones son interesantes y me divierten, pero a veces he olvidado el argumento del libro leyendo libros de él. De todos modos, ¡ha ganado un Premio Nobel!

También es importante narrar con un estilo propio, por ejemplo Björn Ranelid que construye sus historias como nadie más. Usa palabras y metáforas que me divierten mucho, que da vida a la historia. Márquez no usa muchas metáforas, pero por ejemplo describe una morena: “era negra y fosforescente y parecía un maleficio de gitanos...” (p. 130)
¿Es esto suficiente para ganar el Premio Nobel, si aprendo esto? Acaso sea verdad, pero temo que haya más que esto.

Nosotros somos seres humanos y lo que nos interesa más son otros seres humanos. Para encontramos, para hablar, para debatir, amar, trabajar y vivir nuestras vidas con los que por casualidad viven en el mismo tiempo y lugar como nosotros. En una obra de literatura podemos conocer personajes de otros países, otros tiempos y otros grupos de la sociedad. Márquez es un campeón en el arte de describir los personajes: “Era un hombre de mar, muy viejo, que conservaba del oficio el chaquetón impermeable, la gorra y la cachimba, y la piel achicharrada por los sales del mundo” (p. 125). No dice nada sobre el color del pelo, si tenía una nariz grande o no, si era corto o alto, pero no es necesario, ya conocemos al personaje según la descripción de sus ropas y su piel como un hombre del mar.
¿Para ganar mi Premio Nobel tengo que buscar y conocer gente de todo el mundo, y de de todos tipos? Quizás sea así, pero lo más importante, ¿no es usar su imaginación y su profesionalismo para describir los personajes? ¿Quién conoce usted, querido(a) lector, que pueda funcionar como personaje en mi primer libro? ¡Dígame!

Mi conclusión es que tengo que desarrollar mis habilidades de narrar una buena historia, añadir datos y eventos interesantes, encontrar mi propio estilo y ritmo de narrar, y al final describir los personajes en una manera que les da vida. Fácil... ¿Vale?

/Jörgen

Referencia:

García M, G. (1992) Doce cuentos peregrinos. Vintage Books.